Sunday 3 July 2011

A veces me entran ganas de encerrarme en mi cuarto, bajo llave, para que nadie me vea. Que nadie me escuche, que solo yo sepa lo que pienso. Que solamente yo pueda tener esa llave que aunque solo sea para abrir y cerrar una puerta, para mi, significa algo mas. Encerrarme en mi habitacion es saber que tengo mi propio espacio donde puedo hacer lo que quiera. Puedo saltar, llorar, reir, ser feliz, enfadarme, pegar, cantar, chillar, y que nadie me diga nada. En cambio, otras veces quisiera ser mayor, y tener a alguien con quien poder ir de la mano. Actuar pensando en que lo que yo haga, puede afectarte a ti. Que tu tengas tu mundo, yo el mio, pero entre los dos, hagamos nuestro mundo. Sonreir cada vez que me hagas un regalo, sonreir cada vez que me mires. Volverme loca cada vez que me sonrias, poder besarte cuando me de la gana, sabiendo que te va a gustar. Ese es el mundo que yo busco cada dia, y que poco a poco, quiero ir consiguiendo. 

No rendirse jamas

Porque a veces, el mejor camino para ser feliz, o por lo menos, creerlo, es llorar. Ahí encuentras muchas veces la respuesta a todas tus preguntas. Cada lágrima que recorre tu cara es el recuerdo de algo o alguien, y aunque no lo notemos, detrás de algunas lagrimas viene una sonrisa. Una sonrisa forzada a veces, pero que es la que nos ayuda a seguir adelante. Hay veces que la diferencia entre llorar y reir es pequeña, porque aún cuando lloras, lo más minimo que te digan o hagan, te hace reir. Nadie puede impedirte que llores, ni que rias, porque tu eres libre, y haces lo que quieres. Pero cuando te sientes mal y alguien te quiere ayudar, te tiende la mano para que la agarres, hazlo. No dejes que esa mano caiga sola, juntala con la tuya y serás feliz. No digas no, sin nisiquiera haberlo intentado. Es dificil, pero tampoco pierdes nada. La vida es un camino que hay que seguir hasta el final, y si hay que tropezar cien veces con la misma piedra para aprender, se tropezará.